INTERCAMBIO DE PERSPECTIVAS SOBRE LA PODOLOGÍA Y LA FISIOTERAPIA
Me considero una podóloga que busca cambiar el concepto de la podología, porque en algunos países la visión que se tiene del podólogo es que simplemente un callista, cuando empecé mis estudios como podóloga, mi función era tener una visón mucho más amplia, más Cosmopolitan. Empecé a cuestionar el origen de las callosidades y cómo evitar que éstas volvieran.
Para quienes no me conocen, mi filosofía como podóloga es evitar que un paciente vuelva a mi consultorio por la misma dolencia, mi objetivo es intentar buscar la solución definitiva para que el paciente no vuelva, no para que venga cada 15 días.
He tenido la oportunidad de compartir diferentes perspectivas con el fisioterapeuta Álvaro Barnola, quien ha realizado un Máster en Terapia Manual Ortopédica, curso en EPI, ecografía musculoesquelética y Certificado Kinesio Taping entre otros Títulos académicos.
Álvaro ha tenido interés en la podología, de hecho lo primero que me ha comentado es que le llama mucho la atención el trabajo de un podólogo porque en su país, Venezuela, la podología no está tan desarrollada como en España, me cuenta que es el fisioterapeuta quien atiende las lesiones del pie y solamente hay 3 lugares donde se hacen análisis de la pisada, que son reconocidos y buenos, pero no son podólogos, me pareció muy interesante que uno de estos sitios, ha sido creado por un Ingeniero Mecánico, que se pasó a la parte de la biomecánica y realizó su laboratorio del estudio de la pisada, sin embargo Álvaro también piensa que cada profesión, necesita de su especialización.

Hemos coincidimos que las callosidad aparecen por una razón. Lo mismo aplicamos para una lesión en un deportista, porque no es que la lesión esté allí, sino que hay que evaluar todos los factores que hacen que la lesión se genere.
En su caso como fisioterapeuta, me cuenta que es muy común que los pacientes lesionados, luego de realizar un tratamiento, llegan a mejorar, pero en el periodo de 6-8 semanas, de alguna manera reinciden, lo que hace cuestionarse el por qué reincidió si el paciente había mostrado una importante mejoría. Es aquí donde entra el factor de un equipo multidisciplinario de profesionales, que piensen en la mayor cantidad de soluciones y aportes que beneficien la salud de la persona. Este equipo estaría comprendido entre podólogos, fisioterapeutas, traumatólogos, entre otros.
Lamentablemente nos encontramos en una situación donde no puedes conseguir trabajar en la misma línea, es decir, que los profesionales tengan una misma directriz y en el momento de valorar diferentes tratamientos para un paciente, no todos se apoyan en otros profesionales y no derivan al paciente a otro especialista cuando debería derivarlo.
Como es el caso de los traumatólogos, ya no derivan los pacientes a los podólogos, no por una cuestión de competencia sino porque muchos son escépticos con nuestros tratamientos, pensado que no daremos con la solución. Un traumatólgo tiene una visión radiográfica y estática, ve un juanete pero no puede ver cómo se va a comportar ese pie.
Una de las frases que me ha quedado de Álvaro, con la cual me identifico 100%, es que los profesionales de la salud, tenemos que ser muy humildes, porque hay que saber referir, por ejemplo, él me comenta que como fisioterapeuta, cree que la lesión que tiene un paciente se puede tratar con fisioterapia, pero tal vez la biomecánica de la persona necesita ser mejorada para que no reincida, y es allí cuando entra la humildad del profesional y recomienda al paciente que visite a un podólogo, y viceversa.
Por mi parte, como podóloga, admito que es difícil confiar y recomendar a un profesional de otra rama sanitaria, soy muy cuidadosa con mis pacientes, en el sentido que quiero que le den el mejor tratamiento, porque no voy a hacer una acción que pueda ser perjudicial, por lo cual hay que saber a quién referir.
Cada vez colaboro más a nivel de fisioterapia y creo que es un buen complemento entre ambas partes. En el caso de una persona que visita el fisioterapeuta por una fascitis plantar, recibirá un tratamiento, sin embargo, sin un soporte plantar no será suficiente, aunque mejorará, la fascitis plantar no se curará de raíz. Así como también, en otras patologías, es importante incluir la terapia manual realizada por un fisioterapeuta.

<p>Lamentablemente nos encontramos en una situación donde no puedes conseguir trabajar en la misma línea, es decir, que los profesionales tengan una misma directriz y en el momento de valorar diferentes tratamientos para un paciente, no todos se apoyan en otros profesionales y no derivan al paciente a otro especialista cuando debería derivarlo.</p>
<p>Como es el caso de los traumatólogos, ya no derivan los pacientes a los podólogos, no por una cuestión de competencia sino porque muchos son escépticos con nuestros tratamientos, pensado que no daremos con la solución. Un traumatólgo tiene una visión radiográfica y estática, ve un juanete pero no puede ver cómo se va a comportar ese pie.</p>
<p>Una de las frases que me ha quedado de Álvaro, con la cual me identifico 100%, es que los profesionales de la salud, tenemos que ser muy humildes, porque hay que saber referir, por ejemplo, él me comenta que como fisioterapeuta, cree que la lesión que tiene un paciente se puede tratar con fisioterapia, pero tal vez la biomecánica de la persona necesita ser mejorada para que no reincida, y es allí cuando entra la humildad del profesional y recomienda al paciente que visite a un podólogo, y viceversa.</p>
<p>Por mi parte, como podóloga, admito que es difícil confiar y recomendar a un profesional de otra rama sanitaria, soy muy cuidadosa con mis pacientes, en el sentido que quiero que le den el mejor tratamiento, porque no voy a hacer una acción que pueda ser perjudicial, por lo cual hay que saber a quién referir.</p>
<p>El reto es encontrar a un fisioterapeuta que tenga buenas nociones de diagnóstico y sobre todo, lograr involucrar al paciente, ya que también él tiene que ser partícipe y ser consciente de sus límites, la patología o lesión que tenga para conseguir un resultado óptimo en su tratamiento y así, mejor la calidad de vida.</p>
<p>Ambos coincidimos que el papel del paciente es fundamental para lograr una mejoría. Como ha dicho Álvaro, “es de suma importancia que la persona sea consciente de lo que le pasa, aunque el dolor puede estar localizado en cualquier parte del cuerpo, el dolor es percibido y se siente en la cabeza. Para que la persona se recupere, tiene que entender y saber porqué siente dolor, porqué tiene que estar de reposo o porque no puedo hacer lo mismo que hacía antes, lamentablemente la ignorancia o la falta de paciencia del paciente, perjudica gravemente el tratamiento”.</p>
<p>Ha sido un placer debatir y compartir opiniones con otro profesional de la salud, como ha sido con el fisioterapeuta Álvaro Barnola, un amante de la escalada y la naturaleza.</p>
<p>Y todavía queda la segunda parte de la sesión, donde hablaremos sobre las lesiones tendinosas más comunes en los deportistas y la EPI, una técnica de fisioterapia invasiva a través de corrientes galvánicas.</p>