¿Cúando un fisioterapeuta debe referir a un paciente al podólogo o podóloga?
Perspectiva de Álvaro Barnola, fisioterapeuta especializado en Electrólisis Percutánea Intratisular (EPI)
La fisioterapia clínica aborda un amplio rango de lesiones o problemas del sistema musculoesquelético, las cuales pueden ser originadas por diversas etiologías (tanto traumáticas como por sobre uso) y presentarse en cualquier momento de nuestras vidas. Muchos de esos problemas afectan la capacidad de las personas para cumplir con las necesidades físicas de cada día (caminar, conducir, ejercitarse, estar de pie, jornadas laborales, entre una gran cantidad y variedad de actividades físicas).
Si tomamos el pie como punto de inicio en el proceso de locomoción, podemos observar como los cambios o alteraciones del patrón normal en la pisada repercuten en la biomecánica del miembro inferior y del tronco, lo que hace que sean más propensos a lesiones por sobreuso principalmente. De esta forma, las personas con marcadas tendencias o alteraciones en la función del pie durante la marcha, pueden sufrir diversas lesiones producto de ese déficit biomecánico constante que se inicia con cada paso que damos.
Tomando como base los tratamientos para dichas lesiones, ¿cuándo y por qué consideramos necesario modificar o ajustar la biomecánica de la pisada como parte fundamental del tratamiento? ¿son suficientes las técnicas de fisioterapia para corregir dichos trastornos de la pisada?
Podríamos decir que las lesiones recurrentes o aquellas personas que sufran de diferentes lesiones en las mismas zonas o regiones (principalmente aquellas relacionadas con los pies y los miembros inferiores), y que cursen con una alteración en la mecánica de la pisada, son candidatos para ser referidos al podólogo o podóloga para complementar y aportar soluciones a dichas lesiones desde otra perspectiva profesional. De esta forma el profesional de la podología podrá aportar sus conocimientos e intervenir gracias a sus herramientas y tratamientos en función de mejorar la mecánica de la pisada, lograr una adecuada descarga de peso durante la fase de la marcha, de pie o cualquier otra actividad de la vida diaria es fundamental para mejorar cualquier trastorno en la función del miembro inferior y la pelvis.

Siempre debemos tomar en cuenta que una larga jornada de trabajo o la práctica de una actividad física regular, pueden parecer inofensivas, pero cuando tenemos una marca alteración de la pisada, esas actividades sencillas pueden transformarse en focos de lesión por trauma repetido. El cuerpo humano tiene formas complejas de adaptarse a las necesidades o exigencias que le imponen día a día las personas, un ciclo entre sobre uso y adaptaciones fisiológicas del cuerpo terminan en el daño de alguna estructura.
La evaluación, el análisis correcto y personalizado para cada paciente, son fundamentales para mantener una biomecánica corporal adecuada durante las actividades de la vida diaria o la práctica deportiva.
Recordemos que el dolor es el principal síntoma en la mayoría de las condiciones que aquejan los humano, no debemos ignorarlo o tomarlo como normal, el dolor es la señal del cuerpo que nos indica algo va mal.
Te invitamos a conocer el intercambio de perspectivas entre el fisioterapeuta Álvaro Barnola y la podóloga Mirja Marco.